Términos frecuentes
Persona que asume en mayor modo la responsabilidad física y/o emocional del cuidado de la persona con Alzheimer.
La persona cuidadora principal se convierte en otra víctima de la enfermedad de Alzheimer debido a la sobrecarga que experimentan y que repercute en su calidad de vida. También se denomina “paciente oculto”.
Persona que necesita ayuda para las actividades básicas de la vida diaria (cuidado personal, movilidad, reconocer personas y objetos, orientarse, entender y ejecutar tareas sencillas) y, por su pérdida total de autonomía mental o física, necesita la presencia indispensable y permanente de otra persona.
La persona enferma pierde la capacidad de comunicación que afecta a la expresión como a la comprensión del mismo.
La persona enferma pierde la capacidad de hacer actos motores complejos aunque tenga fuerza y movilidad para ello y comprenda bien lo que se le pide. Por ejemplo, la pérdida de la capacidad de conducir o la apraxia del vestir.
La persona enferma pierde la capacidad de integrar información que nos llega por distintas vías y de reconocerla, aunque los sentidos funcionen bien. Por ejemplo, no reconocer a las personas.
Centro de atención social y de estimulación. Recurso muy útil para tratar de mantener activas las funciones básicas de la persona enferma de Alzheimer u otras demencias el mayor tiempo posible. Al mismo tiempo, se trata de un recurso necesario para el cuidado de la persona cuidadora.
Consiste en la limitación o la restricción determinada por un juez o jueza de la capacidad de la persona enferma de Alzheimer u otras demencias para tomar decisiones por sí misma, es decir, sobre su capacidad de obrar. Dicha declaración es la mejor garantía de protección de los derechos y los intereses de la persona incapaz. La persona tutora, asignada por el juez o la jueza, representará a la persona en actos que afecten a su esfera personal como a la administración de sus bienes.